SOMOS LA FAMILIA WOKATY

 

Previamente, antes de ir a México como misioneros, casi no faltaba una semana donde no recibíamos llamadas telefónicas durante la hora de comida. Por el hecho de que tenemos un apellido extraño, (wa-ka-ti), inmediatamente nos dábamos cuenta si la persona llamando nos conocía o no. Con nuestros horarios ocupados, usualmente tratábamos de llegar al punto de la conversación para tratarlo eficientemente. Aunque no nos gusta compararnos con vendedores telefónicos, entendemos que quizá usted no nos conoce bien. ¡Nos encantaría introducirnos a ustedes para que ya no nos conozcan simplemente como extraños!

 

Daniel. A la edad de tres o cuatro, hice una profesión de salvación, y confié en mi profesión por muchos años. Después me di cuenta que nunca había genuinamente depositado mi fe en Cristo. El 25 de noviembre del 1990, puse mi confianza en el Señor Jesucristo. Esa tarde fui bautizado en mi iglesia. Después de terminar la prepa, fui a estudiar negocios en la Universidad de Bob Jones. Durante mi segundo año ahí, el Señor comenzó a mostrarme que Él quería que yo estuviera en el ministerio de tiempo completo. Después, me di cuenta que Él me estaba llamando a predicar, y sometí mi voluntad a Su llamado el 26 de marzo, del 1993. Cuando entendí que Dios me estaba llamando a un país Hispanohablante, cambié mi especialidad a Misiones con una especialidad menor en español. Me gradué en el año 1996, y comencé a estudiar para obtener una maestría para equiparme de una mejor forma para entrenar a mexicanos a cumplir el llamado al ministerio.

 

Comencé a asistir a la Iglesia Bautista de la Fe en Greenville, Carolina del Sur (nuestra iglesia enviadora), al final del año 1993. Ahí, serví en la iglesia como miembro de coro, encargado del sistema de sonido, director de música, maestro de escuela dominical, y maestro del instituto bíblico de la iglesia. Después de casarme con Opal en el 1997, ella se involucró en el ministerio de música, tocando el piano y el órgano. A principios de verano del 2001, nos mudamos a Hermosillo, Sonora, México, donde servimos en el Instituto Práctico Ebenezer y Seminario y en la Iglesia Bautista Emanuel (con el Pastor Ronald Cochran) hasta el 2018.

 

Opal. A la edad de cinco años, acepté a Cristo como mi Salvador personal. A los once años, respondí a una invitación de un misionero predicador, y entregué mi vida para ser misionera a donde sea que el Señor quisiera guiarme. Pero al ir creciendo, dejé de leer mi Biblia mientras el deseo de mi carne se fortalecía. Como resultado, mi relación con Dios se enfrió, y prontamente comencé a dudar de mi propia salvación. No fue hasta terminar de estudiar en la universidad que por fin arreglé cuentas con Dios, y Él comenzó a cambiar mi vida

 

Conocí a Daniel en un viaje de evangelismo a las Olimpiadas, y una vez más Dios me llamó—esta vez a ser la esposa de un misionero; y el Señor me dio dirección específica en cuanto al campo de servicio—México. Al prepararme para el campo misionero, y para exponerme al idioma y la cultura de los Hispanohablantes, comenzamos a asistir a la Iglesia Bautista de la Fe, donde el Señor nos permitió involucrarnos en el ministerio de música y escuela dominical. Después de eso, Dios nos dirigió a servir con la enseñanza en el Instituto Práctico Ebenezer y Seminario. Enseñé Teoría de la Música ahí, así como clases, y lecciones privadas de piano.

 

Tenemos cuatro hijos maravillosos, quienes son “niños misioneros.”